miércoles, 4 de febrero de 2015

Hablas como las personas mayores (...)


QUIERO algo que me quite la respiración. Que me achine los ojos y arrugue la pielecilla a los lados de las pestañas. QUIERO algo sincero, puro y transparente, que me dé seguridad y calor, que me deje atontada mientras en mi estómago crecen flores. QUIERO encontrar lo escondido, o lo que pasa delante de mi puerta todas las mañanas y no consigo ver. QUIERO esa sonrisa incondicional, ese abrazo espontáneo, esas lágrimas inoportunas, las discusiones y los besos, los te quieros y las despedidas. QUIERO un corazón desbocado y no una boca descorazonada.


Porque yo sólo QUIERO QUERERTE aunque no estoy segura de QUERER ENCONTRARTE.



"Ah, Principito, ¡cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol.(...) Para mi no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no te necesito, y tú tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo. Si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente a todos los otros...tus ruidos me llamarán fuera de la madriguera, como una música."