Hay frases que, irremediablemente, están destinadas a morir
en un bar. Frases que se cantan, o se susurran, a veces se regalan, otras veces
se guardan con celo hasta que llega el momento de decirlas. O escribirlas.
Es
por este motivo que estas frases, que con tanta rapidez se quedan huérfanas de
boca, tienen prisa por morir.
"I'll love you till I die"