viernes, 23 de noviembre de 2018

GAILLIMH

Cuando te vi por primera vez eras verde, eras noche, incertidumbre, miedo.
Recorrí tus rincones con avidez, dando vueltas y perdiéndome en los mismos círculos una y otra vez. Sentí el aroma a cerveza, a resignación en taburete, a cantos de sirena. Y me dejé llevar.
Y un tiempo después, me doy cuenta de lo importante que fuiste.

Fuiste Zúrich, pecho desgastado, mantequilla de cacahuete, ribera, isla abandonada, ferry, Adéle, castillo cerrado, cebada, oveja, luces moradas, cuchillo en el cajón.

Fuiste guitarra, xilófono, banjo, violín; a la vez y a todo volumen.

No eras verde, sino arcoíris;
No eras noche, pero amanecer;
No eras incertidumbre, nada más que libertad;
No eras miedo, eras redención.


Eras yo hecha ciudad.