Entonces llegué yo.
Besando tus heridas y desenredando cada uno de tus nudos se nos hizo de noche. Pero el otoño, con su marrón y su penumbra me entró en el cuerpo, enfriando mis dudas.
"Bailando hasta que todo acabe, ya no importa lo que digan, y menos lo que callen."
No hay comentarios:
Publicar un comentario