Cada día me miras con los ojos grandes, abiertos, esperando
la siembra.
Puedes ser un pez globo, un arquitecto, un superhéroe y un enanito
que no es capaz de encontrar su bata en una misma tarde.
Juegas a jugar, te tropiezas con tus pies y buscas una
mirada amiga que te ayude a entender el mundo.
A veces quieres ser el primero,
otras ni siquiera quieres escuchar, pero tu cabeza va tan rápido que caes derrotado
cuando las luces se apagan.
Eres inocencia, ternura, lealtad, derroche de egocentrismo y energía.
Aquellas cosas que una vez llenaron mi vida y me hacían
saltar de un brinco de la cama, con hambre de mundo. Aquellas cosas que olvidé,
que quedaron tapadas por la antipática adulta que veo en mi espejo, la que no
habla sola, la que no se pregunta cosas porque lo sabe todo, la que no se tropieza,
la que puede mandar a los demás pero no a sí misma.
Eres un espejo retrovisor, un olor de la infancia, una foto
en un álbum viejo.
También eres futuro, cambio de rumbo, volantazo a la derecha.
"Creerás que el tiempo pasa rápido,
que el buen recuerdo puede doler,
pero has venido a recordarnos
que no es tan malo crecer.
Verás que hay días con espinas
y que puede doler vivir,
pero recuerda que cada día
el mundo amanece en ti.
Quise escribirte una canción
para enseñarte a vivir,
eres un recién llegado
y yo ya soy tu aprendiz."